El Roto

La salida que De Sousa Santos propone con su sociología de las ausencias es enfrentar las cinco monoculturas (como os contamos en la entrada 16 “Otras formas de conocimiento”) con cinco ecologías que permitan invertir la situación de invisibilidad y crear la posibilidad de transformar lo que es producido como ausente para hacerlo presente:

  1. Ecología de saberes:
  2. “la posibilidad de que la ciencia no entre como monocultura sino como parte de una ecología más amplia de saberes, donde el saber científico pueda dialogar con el saber laico, con el saber popular, con el saber de los indígenas, con el saber de las poblaciones urbanas marginales, con el saber campesino”.

  3. Ecología de las temporalidades:
  4. “saber que aunque el tiempo lineal es uno, también existen otros tiempos”.

  5. Ecología del reconocimiento:
  6. “descolonizar nuestras mentes para poder producir algo que distinga, en una diferencia, lo que es producto de la jerarquía y lo que no lo es. Solamente debemos aceptar las diferencias que queden después de que las jerarquías sean desechadas”.

  7. Ecología de la trans-escala:
  8. “la posibilidad de articular en nuestros proyectos las escalas locales, nacionales y globales”.

  9. Ecología de las productividades:
  10. “consiste en la recuperación y valorización de los sistemas alternativos de producción, de las organizaciones económicas populares, de las cooperativas obreras, de las empresas autogestionadas, de la economía solidaria, etc., que la ortodoxia productivista capitalista ocultó o desacreditó”.

Por lo tanto, en relación con cada una de las cinco formas de ausencia, la razón metonímica y perezosa, crea cinco sujetos ausentes no considerados alternativas creíbles frente a las cinco designaciones monoculturales creíbles:

LA MONOCULTURA LA ALTERNATIVA
Las prácticas científicas… El ignorante…
avanzadas… residual…
superiores… inferior…
universales y globales… local/particular…
y productivas. e improductivo.

Nosotros, abogamos por un modelo en que la experiencia social tiene cabida y apostamos por ella como generadora de conocimiento, y por supuesto, de cohesión social.