A comienzo del curso nos dimos cuenta de que no sabíamos exactamente cómo es la Educación que queríamos, pero sí cómo no era, y a partir de ahí empezamos a reflexionar y construir.

Algunos de los elementos que identificamos fueron los siguientes:

La educación para la transformación social es un proceso socio-educativo abierto y continuo que genera las condiciones para el desarrollo de una ciudadanía crítica, responsable y comprometida a nivel individual y colectivo, dando lugar a una sociedad más justa y equitativa en un entorno ambiental sostenible.

Se desarrolla mediante un aprendizaje integral y libre a lo largo de toda la vida, en cualquier ámbito educativo, teniendo como pilares una educación en valores humanos que promueve el respeto, la solidaridad y el aprecio por la diversidad, multiculturalidad y el medio ambiente, fomentando una práctica educativa crítica, analítica, reflexiva y solidaria que promueve tanto la autonomía del individuo como la responsabilidad social para generar acciones locales con visión global.

La relación entre educador y educando se construye desde la libertad e interés del educando, en una estructura horizontal, dónde ambos comparten puntos de vista, experiencias y conocimientos para comprender y transformar la realidad”.

En este sentido, hemos entendido que es clave prestar atención a la gestión emocional, tener en cuenta que las emociones forman parte inseparable de los procesos cognitivos, de las experiencias de enseñanza-aprendizaje. El pensamiento crítico, la transformación social, la sociedad justa que perseguimos y esperamos alcanzar, no es una cuestión exclusivamente ideológica; si no relacionada con la recuperación de nuestra capacidad para identificar lo que sentimos y lo que sienten las demás personas, expresarlo y recibirlo, comprenderlo, comprendernos, y hacernos fuertes desde ahí.

La clave para transforma dicha realidad reside en generar situaciones que favorezcan la conexión, que nos ayuden a recuperar nuestra capacidad para conectar, lo que nos une:

  • Buscar la armonía con la naturaleza y con nosotras mismas. Cuidémonos y pasemos tiempo en la naturaleza.
  • Desarrollar nuestra capacidad para la afectividad. Poner en valor la importancia de la risa como herramienta para la conexión.
  • Crear un clima de seguridad y confianza para superar las barreras de carácter emocional que el capitalismo construye.
  • Participar, con actitud activa y transformadora.
  • Os dejamos el enlace de La educación prohibida, una película documental que narra experiencias educativas no convencionales de América Latina y España y critica la escuela tradicional. ¡Muy recomendable!